La meningitis es una enfermedad cuyo origen es bacteriano, posee una alta mortalidad y también es propensa a dejar graves secuelas. Aunque la patología puede aparecer a cualquier edad, los grupos con mayor riesgo de enfermarse son los lactantes, los niños y los adolescentes.
• ¿Qué es la meningitis? Es una infección de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal.
• Causas. Las más comunes son las infecciones virales. Estas infecciones generalmente mejoran sin tratamiento. Sin embargo, las infecciones meningíticas bacterianas son extremadamente graves. Pueden provocar la muerte o daño cerebral incluso con tratamiento. Entre las bacterias más habituales que pueden provocarla están el neumococo, el meningococo y la Haemophilus influenzae.
•Cómo se trasmite. Muchos de los agentes que la causan colonizan la vía aérea superior de individuos sanos, que actúan entonces como reservorios de la enfermedad y la contagian a otras personas. La transmisión se produce a través de las secreciones respiratorias, como la saliva o las gotitas expulsadas al estornudar o toser.
• Síntomas. En un principio puede aparecer fiebre alta que no cede con medicamentos, dolores de cabeza muy fuerte, dolores musculares, náuseas y vómitos muy intensos. Más tarde, otras manifestaciones características son la sensibilidad a la luz (fotofobia), rigidez o dolor de cuello y, en las etapas más avanzadas, erupción en la piel, infección generalizada (sepsis) y coma. En los lactantes y niños más pequeños, la enfermedad puede originar fiebre alta, irritabilidad, rechazo del alimento y marcada tendencia al sueño.
• Evolución. Es importante remarcar que la meningitis evoluciona muy rápido, en el trascurso de horas, lo que demuestra que es de vital importancia conocer los síntomas más tempranos y consultar al médico.
• Mortalidad y posibles secuelas. Si bien la meningitis de origen bacteriano es una afección relativamente poco frecuente, tiene una alta mortalidad (del 4 al 27%) y puede dejar graves secuelas, como sordera, daño cerebral irreversible o amputaciones. Estas características la convierten en una patología muy relevante.
• Tratamiento. Para la meningitis bacteriana se suele utilizar antibióticos, que si se administran de forma rápida y precoz, mejora la evolución y el pronóstico de la patología.
•Prevención. El lavado de manos es fundamental porque la transmisión se produce a través del intercambio de saliva y otras secreciones respiratorias. A su vez, distintas vacunas protegen contra varios de los agentes. El Calendario Nacional de Vacunación (CNV) incluye la vacuna contra el neumococo conjugada, que se aplica a los dos, a los 4 y a los doce meses, que previene la meningitis, la neumonía y la sepsis por neumococo. También la vacuna quíntuple tetravalente, que protege contra el Haemophilus influenzae y se aplica a los dos, cuatro y seis meses.
Por otra parte, existen las vacunas polisacáridas, indicadas a partir de los 2 años de vida y pueden recibirlas niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Aunque no es obligatoria, se recomienda la inmunización a las personas con factores de riesgo, como, por ejemplo, las alteraciones de la inmunidad.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/salud/meningitis-una-enfermedad-tomar-conciencia-20160426-n244392